Mirar (tu smartphone) para cuidar
Leo sobre el programa Mirar para cuidar, la campaña de acción voluntaria para controlar el cumplimiento del acuerdo de precios con los supermercados.
Me parece muy bueno todo este paquete de medidas y negociaciones que, en vez de negar la situación, la asume y la enfrenta, con medidas simples e ingeniosas. La inflación, creo yo, es el flagelo más sentido por todo el pueblo trabajador.
¿Pero será efectivo tener a tantos compañeros mirando y anotando el precio del paquete de harina en una hoja de papel?
Supongamos que está más caro de lo acordado ¿Qué va a pasar? Imagino que los voluntarios tendrán que informarlo a las autoridades de la Secretaria de Comercio y desde allí deberán enviar a alguien con poder de policia que constate, para luego multar y exigir la adecuación del precio. ¿Cuantos días lleva eso? ¿Cuanta gente compró la harina más cara mientras tanto? ¿Cuánto esfuerzo de trabajo significó, no sólo de los voluntarios, sino de los funcionarios? ¿Cuántas posibilidades reales hay de implementar esto en todos los rincones del país?
Y otra cosa ¿Qué va a pasar con todos los productos que están fuera del acuerdo y no hay referencia para comparar?
Entonces me acordé de una idea que tuve en la era los celulares sin chip, pero que ahora es muy factible.
Una aplicación "popular" para el control de precios
Hace 1 año, el 24% de los argentinos tenía un smartphone y sospecho que, como yo, muchos nos compramos uno hace menos tiempo. Más de 10 millones de personas que pueden controlar precios con un botón de su aparatito móvil:
La aplicación que imagino es una base de datos centralizada que los propios usuarios pueden ampliar.
Entran a un super, agarran el paquete de harina, le sacan una fotito con su cámara al código de barra (o buscan el producto por nombre, marca, etc.) y la app les dice cuál es el precio de referencia (o del acuerdo), en qué super cercano está más barato, cuándo y cuánto aumentó, etc.
El usuario puede anotar el precio que está viendo y enviarlo a la base de datos (diciendo de qué supermercado y sucursal se trata, que podría inferirse a través de geolocalización) y así contribuir y actualizar los datos.
Este simple proceso de carga de datos distribuída permitiría no sólo controlar el acuerdo de precios (reemplazando o ayudando eficientemente a los voluntarios mirones) y habilitar a Moreno (te banco, sabelo) a encajar unas buenas multas, sino algo mucho más efectivo: que la gente sepa a priori, mirando su teléfono o la web, dónde comprar más barato y quién/es la están cagando.
Por otro lado, la exposición pública de los precios históricos alentaría la competencia de los super, que suelen tener esas políticas estilo "te devolvemos la plata si encontrás un precio más barato" pero que resultan ser mero marketing por la dificultad de utilizarlas.
¡Imaginate la cantidad de datos para analizar! Por ejemplo, ¿cuánto aumentaron en promedio los productos de Unilever o Kraft ? ¿no resultará que son esas empresas (entre otras) las que tienen la batuta de los precios? ¿No podrémos, al menos, escracharlos y boicotearlos?
"¡Subiste un 35% las sardinas desde el mes pasado, hijuepú!, ¡Minga te voy a comprar!"
¿Lo hacemos?
No tengo idea de cómo se hacen aplicaciones para smartphones [1], pero sí puedo ayudar en la API/base datos/web.
Así que busco voluntarios para el programa "Programar para cuidar" ;-).
PD: ¿No se copará la secretaria de defensa del consumidor en poner unos pesos para hacer esto?
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